Dormitorio de Lilith

Entré en mi dormitorio arrastrando los pies. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué no dejaba de pensar en aquel beso? ¿Por qué no dejaba de pensar en él?
Oí que llamaban a la puerta y supuse que sería Anne, así que le grité que había dejado las llaves detrás de la maceta.

Extraña respuesta. Pensé que me echaría a gritos de la casa, pero sólo me dijo que podía abrir la puerta con tranquilidad, así que lo hice. Abrí la puerta y me encontré con la MAGNÍFICA y GRANDIOSA casa de Lilith. Comprado en donde vivía yo, eso era una mansión. Entré, cuidadoso, hasta las escaleras y subí a lo que parecía ser su habitación. Di tres toques a la puerta, esperando que Lilith me dejara entrar.

- Adelante, Anne. No sé de donde has sacado estos modales. No es normal que cuando vienes a echarme la bronca seas tan educada.

Me puse delante del espejo intentando arreglar el maquillaje que mis lágrimas habían corrido. Alguien corrió des de la puerta y me abrazó. Su reflejo en el espejo me dejó... Perpleja.

Me abracé a ella, su olor era tan agradable pero... Tenía la piel helada.

- Lilith... Perdóname por lo de antes -Pude ver su cara reflejada en el espejo.

Era él, de nuevo, y esta vez lo tenía tan cerca.

- No es nada. -Dije, fríamente- Ahora debes irte. Si mi hermana nos encuentra aquí...

- Pero... Me da igual que nos encuentre, ¿sabes? Quiero decirle a todo el mundo que te quiero... No sé, es extraño, pero siento tantas cosas por ti. A veces incluso hasta miedo.

- No, no es eso. -Oí como Anne había entrado- Escondete. ¡RÁPIDO!

Lo empujé debajo de la cama y Anne entró.

- Lilith. Al fin te encuentro. ¿Qué le has hecho a ese chico?... Y dímelo ya.

- No he hecho nada que te importe. ¿Sabes? Lo que hago con mis jueguetes es cosa mía.

Ella me gruñó.

- No me gruñas, no tienes derecho.

- Tengo todo el derecho del mundo. Además, soy tu hermana MAYOR.

Maldita repelente.

- Ya, pero no puedes conmigo. ¿Quieres luchar acaso? Me da que no, que no quieres perder como la última vez.

Maldita egocéntrica. Maldigo a mi "padre", porque tenía que haberla mordido? ¿Qué le había hecho ella? ¡Por haberle mordido él, ella había ganado todo su poder! Maldita sea.

- ¿Dónde está el chico? Por última vez.

- ¿Tanto lo amas que tienes que sobreprotegerlo? -Me reí.

- Eres odiosa.

Intenté propinarle un puñetazo.

Me esquivé ese puñetazo, y rápida como el viento, me puse detrás suyo, haciendo como si clavase mis colmillos en su cuello.

- No me vaciles -Le susurré en el oído.

Estaba debajo de la cama y no sabía que hacer. No me moví ni un milímetro en todo el rato, tenía miedo a Anne, tenía una mirada oscura y fría, al igual que Lilith. Pero había una cosa que no encajaba. Jacob siempre tenía la piel ardiendo, en cambio Lilith la tenía helada. No encajaba nada. Si Jacob me había dicho que era por culpa de su família, ¿ella también? No sabía que pensar. Esperé a que ellas dos terminaran de discutir y me fijé en que Anne y Lilith tenían unos colmillos muy grandes, y eso me asustó más, pero no sé porque, me daba mucho más morbo a la vez. Anne se fue y salí de debajo la cama.

Matthew salió de debajo la cama y se dispuso a abrazarme de nuevo.

- Vete. -Dije con frialdad.
- No.
- Entonces me voy yo.

Le ayudé a salir por la ventana, era fácil bajar así que no tuvo ningún problema. Se fue y yo me estiré en mi cama "a dormir"