Locura en un Acantilado

Llegamos donde Anne me había dicho.

- Elisabeth, quedate aquí, ¿de acuerdo? Vuelvo en un minuto.

Bajé del coche y me encontré a Anne discutiéndo con Lilith.

- Gracias a dios Matthew. -Lilith seguía sin callar- QUÉ TE CALLES! QUE POR POCO LA MATAS. ¿NO LO ENTIENDES? Me hubieras puesto en serios problemas.

- Anne, tenemos que irnos de La Push, si nos descubren nos matarán esos chuchos. Ésta no es nuestra zona. Y me da igual haberla matado, tenía hambre... Joder.

Me aparté de allí y me senté bajo un árbol con los ojos cerrados.

- ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha hecho Lilith?

- Pues mira, ésa loca de ahí, ha estado a punto de matar a una chica. Resulta que estaba en el cementerio y se había escapado como cada noche, así que no le di importancia, pero como tardaba tanto y no se había alimentado, pues fui a buscarla y me la encontré a punto de comerse a la pobre chica esa. Llevé la chica a su casa y he llevado a Lilith aquí porque estoy HARTA de ella, harta. Y creo que si no mejora o algo, nos mudaremos o haré que se vaya de aquí, porque me he cansado de tener que soportarla, ¿sabes? -Él me miró extrañado- Ah, y por cierto. Ese día, noté tu presencia bajo la cama de Lilith O sea, que te he llamado para que la hagas reflexionar o algo.

- Entiendo, ahora vuelvo.

Me acerqué a ella y me senté a su lado.

- Veo que aún no lo entiendes.

- El qué no entiendo?

Esa última frase me sacó de mis casillas.

- Que si tú te vas yo no podré soportarlo, que si tú huyes de aquí yo no podré sobrevivir. Porque es como si te llevases mi corazón, sería una alma sin sentimientos, ¿lo entiendes? Me da igual que mates a cientos de personas, y sé que es egoísta por mi parte, pero sólo te pido que estés cerca de mí. Además, si quieres matar a alguien, mátame a mí, soy todo tuyo.

- Pero.. Soy un ser repugnante, ¿no lo ves? Me odio.

Si mi naturaleza me lo hubiera permitido, me hubiera hechado a llorar.

- Definitivamente, no lo entiendes. Te amo, ¿vale?

Rocé mis labios con los suyos.

- No cometas ninguna locura, tengo que llevar a Elise a su casa.

Miré en el coche; había una chica muerta de miedo y petrificada, mirando fijamente a Anne.

- Está cagada de miedo. Llévala antes de que se te muera de un infarto o algo.

Sonrió.

- Sabe lo de -Me señalé.

- Nah.. Lo dudo.

La miré, lo dudaba muchísimo.

- Y si lo sabe, pues no aparenta saberlo. Bueno, me voy, que seguro que me hará mil preguntas. -Puse los ojos en blanco- Te amo.

Rocé, por última vez, mis labios con los suyos y me senté en el coche y ella me miró aterrada.

- No estés asustada, Elisabeth... -Susurré.

- Solo es que...- solo esque no se ._.' - me recuerda a alguien conocido.

Dije, sin dejar de mirar a Anne.

- ¿Ah sí? -Arqueé una ceja- Puede ser, es la hermana de Lilith.

- Ah...- dije. No sé qué había pasado
Todo esto es muy extraño.. y a mi me condenan a éste pueblo por ésa estupidez? ... increíble.

- ¿En qué piensas? -Dije con la mirada fija en el volante.

No quería parecer cotilla ni interesado, pero seguía preocupado por lo de antes.

- En qué hacer...
Me le quede mirando
- Esque... antes has dicho la palabra "amigo"... y tengo miedo sabes? Tengo miedo...

- ¿A qué? ¿A que sea tu amigo? Tampoco muerdo.

- No a que seas mi amigo, sino a que... "dejes" de serlo- dije, en un tono como si fuera lo más lógico del mundo.

Rodé los ojos.

- Tonta, eres una persona maravillosa, ¿cómo quieres que deje de ser tu amigo? -le sonreí.

Le miré
- No serías el primero que después de enterarse me... "tubiera miedo"

Me reí.

- No creo que me sorprendas mucho, ya he conocido de todo.

Las manos me temblaban. Aunque ya me diera igual todo
- Entonces.. quieres saberlo....- le miré- por favor, creéme y no te lo creas.

Parecía raro... pero no sabía cómo explicarlo

Suspiré y seguí conduciendo.

- Te escucho.