Bajo la luz de la Luna

Lilith me había echado de su casa y no sabía que hacer. Por supuesto no quería volver a casa porque no quería volver a sentir esa sensación de vacío, de estar encerrado en esas paredes, de tantos recuerdos que me venía en mente. Decidí ir a la playa de La Push, a intentar olvidarme de todo... y de ella.
Me tumbé encima de la arena y miré la Luna, era del mismo color que la piel de Lilith. Todo me recordaba a ella, entonces vi una figura fugaz que pasaba por mi lado, pero no la supe distingir.

- ¿¡Quién hay ahí!? -Dije, con miedo.

Había seguido a Matt porque no sabía que hacer. Qué va, no me gustaba si lo pensáis, para nada. Jeje, para nada.

- Soy yo. Tranquilo, no te asustes.

Me senté a su lado.

Respiré, aliviado. Por suerte no era ninguna cosa rara ni nada de eso. ¿Qué pasa? ¬¬ Me dan miedo las cosas extrañamente extrañas.

- Que alivio.
- ¿Tienes miedo acaso?
- No.

Si ya, no tenía miedo.

- Tengo que hablar contigo, espero que Anne no se de cuenta de que he ido.

Bueno, eso no me importaba, porque sabía que siempre me iba por ahí de noche, así que no era nada nuevo.

¿De qué querría hablarme?

- Dime.

- Tengo que hablarte de lo que pasa entre nosotros. Tengo que dejarte clara una cosa...

¿Qué me diría? ¿Qué me quería? ¿O que no?
Bueno, me daba igual, lo importante era intentarlo.
Me lancé encima de sus labios, ella al principio se sorprendió pero después me siguió.
La imagen era: Una pareja besándose bajo la luz de la Luna en la suave arena de la playa y con una agradable brisa.
Derrepente paró de besarme y me apartó.

- ¿Qué pasa?

Ya me estaba descontrolando, tenía que tener autocontrol, ¿pero cuándo había tenido yo eso? Podía haberle matado o simplemente haberle condenado a esta mierda. No quería que pasase eso, lo quería demasiado.

- Que no puedo, no te quiero.

¿Qué?

- Me mientes. No es verdad...

- Es demasiado peligroso, no lo entenderás nunca!

¿El qué no entendería?

- A ver Lilith -Le cogí las manos que estaban, como siempre, heladas- Yo te amo, ¿vale? No me importa ni qué seas, ni quién seas, ni que tengas un pasado oscuro. Yo te quiero tal como eres, y por eso te quiero, porque eres especial siendo como eres.

Era muy bonito pero... era demasiado poner en juego su vida.

- Quizás algún día lo entiendas

Hice el ademán de irme pero antes rocé mis labios con los suyos.

- Recuerda que yo también te quiero.

Desaparecí de allí

Me quedé perplejo. Tenía que saber porque huía de mí... Quizás Quil supiese el motivo.